martes, 31 de marzo de 2009

Qué pasa con la Publicidad en la TV?

Las cadenas siguen haciendo oidos sordos a Internet y siguen la estrategia del avestruz: si no lo veo, no existe (por cierto, esto del avestruz parece que es una leyenda urbana). ¿No se dan cuenta de que gran parte del target comercial que tanto ambicionan se les va a Internet por la mala gestión que hacen de su publicidad? Es cierto que a estas alturas ya nadie apaga la tele, la dejamos puesta y nos ponemos con el ordenador donde pasan las cosas como y cuando queremos pero el sofá sigue siendo un lugar más cómodo que la silla de un escritorio, aunque el invento del P2P va mejorando las sillas de oficina. Una situación en estado de cambio constante del que las cadenas generalistas parece que se quedan fuera por decisión propia. Cuando la tecnología generalice el uso de los PVR habremos dado un paso más en nuestra batalla por controlar qué vemos en televisión. Aunque parezca que no, yo creo que llevamos las de ganar.

domingo, 29 de marzo de 2009

El Humor para Fidelizar a tus clientes

Todos los que nos dedicamos al Marketing no paramos de decir que tenemos que dar al cliente lo que pide. Lo que muchas veces entendemos que está reñido con ser Diferencial. Por que si le damos al cliente simplemente lo que quiere, vamos a lanzar un “me too” que no aporta nada diferencial.

Este parece ser el dilema que ha enfrentado el sistema financiero, que no para de ofrecer servicios de depósito e inversión a cada cual más innovador (y enrevesado), que llevan al cliente a firmar servicios que no acaba de entender.

Pero no olvidemos: El cliente es mucha veces simple y quiere cosas simples. En general, y sobre todo en época de crisis, la gente quiere algo SENCILLO, predecible.

Marcas Propias

Según Telecinco, las marcas son compromiso, empleo, seguridad y calidad. Las marcas aportan valor, además de libertad, color y me temo que excelentes ingresos por publicidad...

jueves, 19 de marzo de 2009

Marcas Blancas...


¿Comprarías en un chino un yogur muy barato sin etiqueta?

Según un estudio realizado por Nielsen, el 72% de los consumidores cree que las marcas del distribuidor son una buena alternativa a los productos de marca. Este mismo estudio indica que casi dos de cada tres consumidores (63%) piensa que su calidad es tan buena como las de otras marcas y un tercio (33%) cree que los productos de algunas marcas del distribuidor son incluso de mejor calidad

Las marcas del distribuidor surgieron como la alternativa más económica del mercado. Más tarde apostaron por la calidad, y se han posicionado y ganando el favor del público, consiguiendo incluso que los consumidores recomienden fervientemente sus productos. Un marketing con mejores resultados que cualquier campaña publicitaria.

El 80% de las decisiones de compra de gran consumo se toma en el propio establecimiento. Y aproximadamente el tiempo que se emplea para decidir está entre tres segundos y una quinta parte de segundo. Apliquemos el sentido común. Cuando la capacidad de reacción es tan breve, ¿el consumidor piensa en todos los beneficios funcionales, en cómo puede ayudarle, en cuánto cuesta en relación con otras marcas y si las otras alternativas serán mejores?

En algunas situaciones, podríamos equiparar al comprador con un bebé de seis meses, que se siente atraído por todo lo que brilla y está fuera de su alcance. Con este comentario no quisiera simplificar la psicología del comprador, pero sí enfatizar la importancia del diseño.Los distribuidores cada vez son más conscientes de la importancia de la estética e invierten más en innovación y packaging. Sin embargo, creo que deben sentirse afortunados por su éxito, ya que en algunos casos no se deriva de una premeditada estrategia, sino del dejarse llevar por las fuerzas del mercado y ser empujadas, más recientemente, por una economía inestable.Y es que indudablemente la crisis ha beneficiado mucho a las marcas del distribuidor, pero no tengo claro que los consumidores sean tan volátiles. La fiebre por localizar el producto más económico pasará, pero lo importante de momentos como el actual es que muchos consumidores se replantean sus decisiones de compra, permitiendo la entrada a nuevas marcas. No todas se quedarán cuando termine las crisis, sólo las mejores, aquellas que, ofreciendo más por menos, conquisten al consumidor.Todos lo saben, pero no todos tienen presente esta obviedad en su día a día: el consumidor ha de estar siempre en el centro de todas las decisiones. Por esta razón, pongo en duda el modelo elegido por Mercadona, ¿acabarán nuestros supermercados como los alemanes, obligándonos a comprar lácteos, cárnicos y productos de limpieza en lugares diferentes, donde sean buenos uno u otro producto? Al consumidor actual le interesa la relación calidad precio, pero también busca optimizar su tiempo libre, disfrutarlo al máximo y no necesariamente en supermercados.

lunes, 2 de marzo de 2009

La web es mayor de edad...!!!


La web cumplió 18 años. Dieciocho años desde que Tim Berners Lee y Robert Cailliau liberaron su código gratuitamente, desencadenando uno de los procesos de difusión tecnológica más importantes de nuestro tiempo y creando una de las plataformas de desarrollo con más potencial en la historia. Dieciocho años después, en plena adolescencia, es buen momento para pensar en el futuro de la web. Y en el nuestro.

La web es el mayor reductor de fricción creado por el hombre. Entrar en Google y teclear algo produce, en fracciones de segundo, un
os resultados que antes habríamos tardado horas en generar, tras minuciosas tareas de documentación y síntesis. Y la fricción, como dice la Economía clásica, es parte importante de los negocios. Para muchos productos o servicios, es la razón de ser: podríamos construir un automóvil, pero la fricción inherente a ello hace que prefiramos adquirirlo a quien tiene experiencia, domina el proceso y ha tratado en más ocasiones con los problemas que conlleva. Podríamos programar un sistema operativo, pero ante la magnitud de la tarea, preferíamos buscar una empresa con equipos de programadores estructurados que le permitían ser más eficiente haciéndolo.

Antes de la web, estas decisiones eran evidentes: a nadie se le ocurría fabricar un automóvil o crear un sistema operativo, lo que permitía a empresas como Ford o Microsoft vivir de desarrollar esas tareas. Hoy, la situación ha cambiado: si bien fabricar un coche sigue aparejando una fricción que hace que pocos se lo planteen, la producción de un sistema operativo ya ha demostrado ser incluso más eficiente cuando se realiza así. Un sistema operativo creado por cientos de personas es hoy el más estable, el más barato y hasta el más bonito, obligando a Microsoft a repensar su modelo de negocio, a intentar mejorar sus tiempos de producción y su calidad, y a tener que competir contra un “enemigo invisible” con infinitos ojos y manos que incorpora mejoras y corrige errores a mayor velocidad que la propia empresa. Ronald Coase y su “The nature of the firm”, revisitados: si la empresa era una respuesta a la fricción inherente a comunicarse y coordinarse fuera de ella, debemos repensarla. Un proyecto como Linux habría resultado impensable antes de Internet. De hecho, fueron estas evidencias, además de una falta de visión palmaria, las que hicieron a Microsoft ignorar la web durante años y llegar tarde a su desarrollo: la empresa no veía claro que el resultado de tanta libertad y falta de fricción fuese bueno para ella, y prefería apostar por modelos cerrados y propietarios como AOL o MSN, donde para dar un paso había que tener el beneplácito del dueño. Afortunadamente, el éxito de la web eclipsó estos modelos: el progreso que la humanidad en su conjunto ha obtenido de ello resulta hoy completamente evidente.

Pero no son las empresas de software las únicas que deben repensar sus actividades a la luz de la web. Todos debemos hacerlo. Para las instituciones académicas, por ejemplo, la web plantea también retos importantísimos. Los trabajos que antes exigíamos a nuestros alumnos se centraban casi en enseñarles a obtener, compilar y presentar la información, algo que hoy pueden hacer en pocos clics, copiando y pegando. Sus trabajos no son necesariamente malos, aunque algunos ni siquiera hayan llegado a leérselos, pero la culpa no es suya: somos nosotros, por pedirles trabajos así. Las clases que impartimos ya no pueden asumir que sabemos más que nuestros alumnos, porque cualquier alumno con un portátil conectado a la web puede, en un momento, obtener información que nosotros no tenemos, y generar una discusión que no nos hemos preparado. Y la solución no es prohibir a los alumnos el uso del portátil en las aulas con excusas peregrinas como que “se distraen”, sino introducirlos nosotros mismos e intentar hacer de la enseñanza un medio con más potencial, que supere las limitaciones que tenía por culpa de la fricción.

Como directivos, debemos evaluar nuestro negocio a la luz del inmenso reductor de fricción que supone la red. Y además, “son lentejas: si quieres las comes, si no, las dejas”. Es imposible ignorar la web o vivir al margen de ella, porque tarde o temprano te encontrarás con que tus clientes o competidores se comen el plato que dejaste sobre la mesa. Ante esta "mayor de edad" que se pasea ante nosotros con más vida que nunca, no vale mirar hacia otro lado. Reúne lo mejor y lo peor del género humano, porque es reflejo del mismo, y afecta a todo: cómo planteas tu actividad, comunicas, vendes, investigas… no puedes permitirte el lujo de, como dice uno de los autores del muy recomendable “Funky business“, “seguir en tu puesto por ser experto en lo que era importante ayer”. Desde la web, 18 años nos contemplan.